

De aquí hay un paso
a entender el amor como un puro instinto
o una pasión. El amor se mueve, entonces, casi únicamente en la esfera de
lo instintivo e irracional, es una pasión ciega que se ha desconectado de la
razón. Por eso decimos que este tipo de amor es “primitivo” e “infantilista”
Este tipo de amor generalmente es egoísta y centrado en el propio yo.
Busca el goce personal. Y un egoísmo que como se dijo, se mueve preferentemente
en la esfera de los instintos, que puede caer a un amor orientado o acentuado
desordenadamente al sexualismo; es decir, un amor que se ha centrado en lo
sensual y sexual prescindiendo de lo espiritual, de la razón y la voluntad y de
lo sobrenatural. Tenemos entonces, el fenómeno en el hombre, dicho
directamente, de la bestialidad, o del amor puramente animal.
Para comprender la novedad y peculiaridad del amor cristiano, tendríamos
que compenetrarnos del mensaje y de la vida de Cristo. Es la tarea de toda
nuestra vida. Para captar en algo la plenitud del mensaje del Evangelio sobre
el amor y la propiedad del mismo,
leamos La parábola del “buen samaritano” (Lucas 10, 25 ‑ 37 )
leamos La parábola del “buen samaritano” (Lucas 10, 25 ‑ 37 )
(momento para interiorizar la Palabra, si es necesario volver a leer la
parábola)
Contrasta enormemente la indiferencia, la misma indiferencia que hoy es
tan común, de aquellos que por "oficio" deberían haber practicado el
amor fraterno, y la preocupación y entrega del "samaritano", que de
acuerdo a la situación política del país debía ser catalogado de extranjero y
hereje, y del cual no se podía esperar normalmente sino odio.
Este " extranjero " nos muestra en que consiste el verdadero
amor.
El hombre nuevo: el hombre radicalmente orientado al Tu, hace del amor
la ley fundamental de su existencia. Se realiza y vale en la medida en que ama.
Todo amor cristiano es un encuentro con el otro, una comunión
interpersonal. En el matrimonio crece lentamente en la asimilación de la
originalidad del otro, en un ritmo orgánico y también nuestro amor debe
cultivar la renuncia del propio yo, un
desprendimiento total de nosotros mismos, una muerte al yo egoísta para vivir
para el Tu.
Para alcanzar el amor hay que salir de sí mismo, es necesario
tomar la iniciativa de la entrega. El amor es una voluntad de ir hacia el otro.
El amor de iniciativa es el tipo de amor cristiano, es
la manera que Dios tiene de amar y que nos vino a enseñar Cristo con su palabra
y con su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario